lunes, 6 de octubre de 2014

Ansiedad

DESBOCADOS – Atlas de Geografía Emocional

Una garra me sacó de mi sueño,
un pálpito seco de ritmo atronador
sonaba en mis sienes
como una punzante saeta, un quejío,
una machacona procesión de ahogadas voces.

Unos caballos salvajes y desbocados
golpeaban con sus cascos
a galope tendido en mis entrañas
invadiendo mi ser a diario
tomando ellos solos las riendas.
A ciegas buscaba el camino
rememorando vías ya transitadas,
que en realidad no quería volver a pisar
abocándome a arenas movedizas
en las que mi cabeza luchaba por seguir a flote.

Indeseados compañeros
que me avisáis de mis miedos
salid de mí
dejadme fluir.
y afrontar el devenir.

Bettina Ruiz



¿Piensas mucho en el futuro y te preocupas? ¿Le das vueltas y vueltas a los pensamientos? ¿Se te acelera la respiración en esos momentos? ¿Te cuesta centrarte en el presente? ¿Te cuesta dormir? ¿Estas sensaciones te suenan? Esto que te pregunto son algunos síntomas del estrés y la ansiedad.

La ansiedad provoca en tu mente y tu cuerpo un torrente de emociones y de sensaciones de malestar, parece que te subieron a una montaña rusa sin consultarte. Sientes que ya no puedes controlar las cosas y eso pone en funcionamiento todos los mecanismos del estrés. Un torrente de hormonas enloquecidas circulan por ti sin ni siquiera poder saber lo que te pasa, trayendo más síntomas desagradables en un círculo vicioso interminable.

La ansiedad puede empezar por cosas puntuales, etapas de la vida de cambios, que nos ponen en alerta, generalmente se resuelve la situación y todo vuelve a lo normal. En estos casos meditar, caminar o hacer ejercicio, ayuda mucho.

Si nos vemos con dificultades para tomar decisiones o de no llegar a comprender totalmente la situación, sentirnos inseguros y asustados esta situación puede no resolverse adecuadamente y llevarnos a un estado de ansiedad mayor. Muchas veces enlazamos sin tener conciencia con otras situaciones que ya vivimos y no resolvimos bien, o la manera que aprendimos en ese momento a encararlas ahora ya no sirve para esta época actual porque nos mueven otras cosas, porque crecimos, maduramos. Esos bucles transforman poco a poco esa ansiedad puntual en algo crónico.

La ansiedad constante, diaria (crónica), empieza a transformarse en enfermedad, ella nos limita de alguna manera, sea física, mental o emocionalmente.

Si llegas a esa situación toma conciencia y busca ayuda profesional. Cuanto antes lo hagas más rápido te encontrarás mejor y en poco tiempo sentirás los cambios, retomando tu vida con calma, paz interior, recobrando tu alegría y bienestar.




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